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sábado, 18 de febrero de 2012

Articulo de Discusión 01.

Conversación del Texto Febrero 29

GENIUS LOCI
EL ESPÍRITUDEL LUGAR

Aproximación a una Fenomenología de la Arquitectura.

CHRISTIAN NORBERG - SCHULZ

Genius loci es un concepto Romano. De acuerdo a las creencias Romanas antiguas, cada ser independientetiene su «Genius», su espíritu guardián. Este espíritu da vida a la gente y a los lugares, los acompaña desde el nacimiento hasta la muerte y determina su carácter o esencia. Aún los Dioses tienen su «Genius», lo que ilustra la naturaleza fundamental del concepto. El Genius denota lo que una cosa es o lo «que quiere ser», según las palabras de Louis Khan . No es necesario hacer un recuento histórico del concepto de «Genius» y su relación con el «Daimon» de los griegos. Es suficiente expresar que el hombre antiguo experimentó su medio como algo consistente en caracteres definidos. En particular,reconoció que es de una gran importancia existencial llegar a tener buenos términos con el «Genius» de la localidad en donde su vida tiene lugar. En el pasado, la sobrevivencia dependía de una buena relación con el lugar, tanto en forma física como psicológica. En el antiguo Egipto, por ejemplo, el campo no era cultivado solamente de acuerdo a las corrientes del Nilo, pero la variada estructura del paisaje sirvió como modelo para el trazado de los edificios públicos, los cuales deberían dar al hombre el sentido de seguridad, simbolizándole un orden eterno en su medio.



El «Genius Loci» ha permanecido como una realidad viviente durante el curso del a historia, a pesar de no haber sido expresado como tal. Artistas y escritoreshan encontrado inspiración en el carácter local y han explicado el fenómeno, tanto en el arte como en la vida cotidiana, cuando se han referido al paisaje o a los ambientes urbanos. Por ello Goethe dice: Es evidente que el ojo está educado por las cosas que ha visto desde su niñez, así los pintores venecianos deben ver todo más claro y con más regocijo que otra gente.

En 1960, Lawrence Durrell escribió: Tu tienes que conocer a Europa lentamente, degustando sus vinos, sus quesos, y el carácter de los diferentes países, de esta forma te das cuenta que la
determinante fundamental de una cultura, es después de todo, el espíritu del Lugar.

El turismo moderno demuestra que la experiencia de diferentes lugares es de una gran importancia; aunque estev alor hoy tienda a perderse. En efecto, el hombre moderno ha creído por un largo período de tiempo, que la ciencia y Ia tecnología lo habían liberado de su directa dependencia hacía los lugares. Esta creencia era sólo una ilusión: pues la polución y el caos del medio ambiente aparecieron de repente como un castigo, obligándolo a reconsiderar el problema del Lugar con su verdadera importancia.

Se ha usado la palabra morar, para indicar la relación total entre el hombre y el lugar. Para entender totalmente lo que la palabra morar implica, es útil retornar a la distinción entre 'espacio' y 'carácter'. Cuando el hombre mora, él está simultáneamente localizado en un espacio y expuesto a un cierto carácter del ambiente. Las dos funciones psicológicas involucradas pueden ser llamadas 'orientación' e 'identificación'. Para ganar una fundamentación existencial, el hombre debe poder orientarse él mismo y debe saber donde está. Pero además, debe identificarse él mismo con el medio, esto es, debe conocer cómo él, es un cierto lugar.

Al problema de la orientación se le ha dado una considerable importancia en los trabajos teóricos más recientes de la planeación y de la arquitectura. Y nuevamente nos referimos al trabajo de Kevin Lynch, en donde los conceptos de «nodo», «senda» y «distrito», denotan la estructura espacial básica del objeto de la orientación humana. La interrelación percibida entre estos elementos, constituye una «imagen del medio» y Lynch expresa: «Una buena imagen del medio da a su poseedor un sentido importante de seguridad emocional .» De acuerdo con ello, todas las culturas han desarrollado 'sistemas de orientación', 'estructuras espaciales que facilitan el desarrollo de una buena imagen del medio'. El mundo puede estar organizado alrededor de un conjunto de puntos focales, o estar quebrado en diversidad de regiones conocidas, o estar unido por caminos que se recuerdan ".;,A menudo estos sistemas de orientación están basados o se han derivado de la estructura natural dada. Donde el sistema es débil, la imagen formada llega con dificultad, y el hombre se siente «perdido». El terror de verse perdido viene de la necesidad que tiene un organismo móvil, como el humano, de estar orientado en su entorno . Estar perdido es evidentemente lo opuesto al sentimiento de seguridad que distingue el morar. La cualidad del medio ambiente que protege al hombre contra el sentirse perdido la llama Lynch «imageability» , habilidad de la imagen, que significa: que la forma, el color o los arreglos que facilitan la contrucción de la identidad vivida, fuertemente estructurada, es altamente útil en la imagen mental del medio » Aquí Lynch asume que los elementos que constituyen la estructura espacial son
«cosas» concretas con «carácter» y «significado». Sin embargo, él mismo se limita en la discusión al hacerla sólo de la función espacial de estos elementos, dejándonos con un entendimiento frag-mentario del morar. Sin embargo, el trabajo de Lynch constituye una contribución esencial de la Teoría del Lugar. Su importancia también consiste en el sentido de que sus estudios empíricos deestructuras urbanas concretas, confirmanlos principios generales de organización definidos por la psicología de la Gestalt y por las investigaciones de los niños hechas por Piaget.

Sin quitarle importancia a la orientación, debemos definir que el morar, por encima de todo, supone la identificación con el medio ambiente. De este modo, identificación y orientación son aspectos de una relación total, aunque tengan una cierta independencia dentro de la totalidad. Es posible tener orientación sin existir una verdadera identificación; uno puede transitar y estar bien, sin tener que estar en el propio hogar. Y es posible a su vez, sentirse en casa, sin estar familiarizado completamente con la estructura espacial del lugar. Así, el lugar sólo se experimenta con un carácter general gratificante. Una verdadera pertenencia se da, cuando se supone a las dos funciones psicológicas totalmente desarrolladas. En las sociedades primitivas se encontró que aún, los más pequeños detalles del ambiente eran conocidos y tenían significado; permitiendo el que su estructura espacial pudiera complejizarse cada vez más. En las sociedades modernas, sin embargo la atención se ha centrado exclusivamente en la función «práctica» de la orientación, en donde,l a identificación ha sido dejada al azar.Como resultado, el morar en un sentido psicológico, ha sido sustituido por la alienación. Por ello es urgente el propiciar un entendimiento completo del concepto de 'identificación' y del de 'carácter'. En nuestro contexto, 'identificación' significa el llegar a ser 'amigos' con unmedio particular. Un hombre Nórdico debe estar familiarizado con la neblina, el hielo, y los vientos helados; él tiene que gozar con el sonido crujiente de la nieve bajo sus pasos y tiene que experimentar un valor poético con el estar inmerso en esta vasta neblina, como Hermann Hesse lo hizo cuando escribió estas líneas: «un extraño camina en la niebla! Solitarios son cada piedra y matorral, ningún árbol ve al otro arbol, todasl as cosas están solas...» Los Árabes, a diferencia, tienen que estar familiarizados con la extensión infinita del desierto arenoso y el quemante sol. Esto no significa que su asentamientono lo proteja a él de las «fuerzas» de la naturaleza; un asentamiento en el desierto en efecto, lo primero que logra es excluir a la arena y al sol y, después complementa la situación natural.Pero esto implica que el medio ambiente se experimente como significativo. Bollnow dice: cada dispo-sición es un acuerdo. Esto es, que cada caracter consiste en una correspondencia entre el mundo interior y el exterior yentre el cuerpo y la psique '''.

Para el hombre urbano moderno la familiaridad con el medio natural se reduce a relaciones fragmentarías que lo llevan a tener más una identificación con las cosas artificiales hechas por el hombre, como son las calles y las casas. El arquitecto americano nacido en Alemania: Gerhard Kallmann, alguna vez contó una historia que ilustra muy bien lo queesto significa. Después de la segunda guerra mundial y visitando a su natal Berlín, habiendo transcurrido muchos años de no haber retornado a casa, quiso volver a verla: sospechando que algo le podía haber pasado. Como se lo imaginó, la casa había desaparecido y él se sintió en cierta forma perdido. De pronto reconoció el pavimento típico de su aceraacera, allí donde había crecido y jugado como un niño. Esto le devolvió la seguridad de que estaba en un sitio conocido y querido, como si hubiera retornado a su hogar. La historia nos enseña que los objetos de identificaciónson propiedades concretas del medio y que la relación hu-mana con ellos se desarrolla básicamente durante la infancia. El niño crece en espacios verdes, cafés, o blancos; camina o juega en arena, tierra, piedra o musgo; bajo un cielo nublado o claro; el escarba o arrastra cosas suaves o pesadas; escucha sonidos como el del viento moviéndose en lashojas de algún árbol específico; y el experimenta calor o frío. De este modo el niño consigue experiencias con el medio y desarrolla un esquema perceptual que le determina todas sus futuras experiencias. El esquema comprende estructuras universales que definen la interrelación con los otros hombres, así como, otras localmente determinadas y culturalmente condicionadas.

Evidentemente cada ser humano tiene que poseer un esquema de orientación, y de identificación
La identidad de una persona está definida en términos del desarrollo del esquema, porque ella determina el mundo que le es asequible a él. Este factor se confirma con el uso
del lenguaje común. Cuando una persona quiere decir quién es él, generalmente expresa: «yo soy un neoyorquino» o «soy un romano». Esto quiere decir algo mucho más concreto qué decir «soy arquitecto» o quizás: «soy optimista». Entendemos que la identidad humana está en un sentido amplio, en función de lugares y cosas. Por ello, Heidegger dice: «Wir sind die Be-dingten» . Es así, no sólo importante señalar que nuestro medio ambiente tiene una estructura espacial que facilita la orientación, sino que además de ello, esta consiste en objetos concretos de identificación. La identidad humana presupone la identidad del lugar. Identificación y orientación son aspectos primarios del hombre estando en el mundo. Mientras la identificación es la base para el sentido humano de pertenencia, la orientación es la función que permite que sea aquel «homo viator», lo cual es parte de su naturaleza. Es característico del hombre moderno que por un largo período presente el rol de un buscador ansioso de lugares. Se quiso ser «libre» y conquistar el mundo. Hoycomenzamos a darnos cuenta que la verdadera libertad presupone pertenencia, y que el «morar» significa pertenencia a un lugar concreto.

La palabra «morar» tiene muchas connotaciones que confirman e iluminan nuestra tesis. Primero debe ser mencionado que «morar» se deriva de !a vieja palabra nórdica dvelja, que significa quedar, permanecer. Análogamente, Heidegger relaciona la palabra alemana' wohnen' a 'bleiben' y 'sich aüfhalten'. Mas adelante plantea que aquella del gótico wunian significa 'estar en paz',' permanecer en paz'. La palabra alemana de paz 'friede' significa estar libre, esto es, protegido de los peligros y daños. Esta protección se alcanza con el significado de un 'umfriedung' o recinto. 'Friede' serelaciona también con zufrieden (con-tento), freund (amigo) y la gótica frijón(amor). Heidegger usa estas relacioneslingüísticas para mostrar que morar significa estar en paz en un lugar protegido ". También debemos mencionar que la palabra alemana morar, das gewohnte, significa lo que es conocido y habitual. 'Habitat' y hábito muestran una análoga relación. En otras palabras, el.hombre conoce lo que le ha llegado a ser asequible a él, a través del morar. Retornando al 'Ubereinstimmung» o la correspondencia entre el hombre y su medio ambiente, se llega a la verdadera raíz del problema de 'reunirse'. Reunir significa que todos los días de la vida del mundo se lian convertido en 'gewohnt' o habituales. Pero reunirse es un fenómeno concreto y nos permite enlazarnos con la última connotación de 'morar'. Y es otra vez Heidegger quién descubre una relación fundamental. El expresa que la vieja palabra inglesa, que proviene también de la alta Alemania de 'construir': buan, significó morar y a su vez, está íntimamente relacionada con el verbo ser o estar. Qué significa entonces«ich bin? La vieja palabra bauen, a la que pertenece bin?,Responde: ech bin, du bist, significa: yo moro, tu moras. La manera como tu estás y yo estoy, la forma en la cual los humanos estamos sobre la tierra, es buan, morar. Debemos entonces concluir que morar significa reunir el mundo como un edificio concreto o «cosa», y que el acto arquetípico de construir, es el umfriedung o el recinto. La intuición poéticade TrakI, sobre la relación del adentro y el afuera lleva a esta confirmación, y nosotros entendemos que nuestros conceptos de concretización denotan la esencia del morar.

El hombre mora cuando él puede concretizar el mundo en edificios y cosas. Como lo hemos mencionado antes, la 'concretización' es la función del trabajo del arte; opuesto al a 'abstracción' propia de la ciencia. Nuestra vida diaria consiste de tales objetos intermediarios y, entendemos que la función del arte es reunir la contradicción y la complejidad de la vida del mundo. Siendo un «imago mundi», el trabajo del arte ayuda al hombre al morar. Holderlin fueclaro cuando dijo: «lleno de méritos, aún poéticamente, elhombre mora en esta tierra».
Esto significa que los méritos del hombre no cuentan mucho si el no es capaz de morar poéticamente. Es decir, morar en el verdadero sentido de la palabra. Por ello dice Heidegger: «La poesía no vuela por encima ni superando la tierra para escapar de ella y cernerse sobre ella. La poesía es la que primero entrega al hombre al interior de la tierra, haciéndole pertenecer a ella y de esta forma le brinda el morar . Solo la poesía en todas sus formas, (también como el 'arte de vivir') hace la existencia humana con significado existencial, y el sentido es la necesidad humana fundamental. La arquitectura pertenece a la poesía y su propósito es ayudar al hombre en el morar. Pero la arquitectura es un arte complejo. Hacer ciudades y edificios en la práctica no es suficiente. La arquitectura llega a su esencia cuando un «medio ambiente total se hace visible», retomando la definición de Susanne Langer . En general, significa concretizar el genius-loci.
Hemos visto que ello es posible por el significado de construir lo cual reúne, las propiedades del lugar y las brinda cercanas al hombre. Elacto básico de la arquitectura es así entender la 'vocación del lugar'. De esta manera, protegemos la tierra y llegamos a ser parte de la totalidad comprehensiva. Lo que queremos mostrar no es un cierto determinismo ambiental, sólo reconocemos el factor del hombre, como una parle integral del medio ambiente y presentado así, si el olvida este principio, puede sólo guiarle a la alienación y a la disgregación ambiental.
Pertenecer a un lugar significa tener una fundamentación existencial en un sentido concreto de cada día. Cuando Dios le dijo a Adán: tu serás un fugitivo y deambularás sobre la tierra, el puso al hombre en frente de su problema más básico: cruzar el umbral y reconquistarel lugar perdido.
Tomado de la revista Morar # 1. Facultad de Arquitectura Universidad nacional de Colombia

25 comentarios:

  1. Uno de los problemas que se tiene actualmente (creo yo), en la arquitectura como la literatura, es la necesidad de definir todo aquello que se hace o todo aquello que se siente desde las palabras, o los espacios.
    A pesar de que en este articulo se habla de la diferencia entre espacio y lugar, entre morar y estar, creo que hay una referencia que puedo debatir, no con el animo de quitarle méritos a este escrito, sino con el animo de decir de que otra manera puedo entender el paisaje, y las secuencias de habitarlo, crearlo o transformarlo.
    Estoy de acuerdo con el concepto de que todo lo que determina una cultura es el espíritu del lugar, mas no estoy de acuerdo con tomar una cultura como un lugar entero, ¿por qué?, por que los lugares siempre van a ser particulares y no va a existir un medio de relación entre ellos mas que el habla, pues para mí, el lugar es intransferible, el lugar es una sensación, que puedo generar a través de la arquitectura,sí, pero que no puedo controlar en el sentir de alguien. Los lugares ajenos son lecturas comunes, y pueden llegar a ser PATRONES en la persona, pero nunca, bajo ninguna circunstancia puede ser el mismo lugar que yo comparta con el otro, el lugar al igual que el daimon (referencia que se da en el articulo pero no se ahonda en ella) es innato y propio.
    Retomando otros fragmentos del escrito, Lynch en su libro “la imagen de la ciudad”, habla sobre el peligro de la imaginabilidad, pero en realidad ese peligro, en pocos casos lo es severamente, pues, en realidad, la única manera de transformar paisaje o construir paisaje es a través del riesgo de perder la orientación de la ciudad entera, del despiste, o de la trampa urbana o arquitectónica que nosotros mismo diseñemos (no hablo de olvidar el contexto, sino de crear contextos nuevos), mas fácil podría yo citar a Lynch, si se considera que esa imaginabilidad y esos espacios de ciudad donde el extranjero o el habitante mismo se pierde, fueran considerados paisajes fortuitos sin tener en cuenta el caos, o el miedo de la situación; pues si fuera siempre una referencia al control o al menos al bienestar en la calle o del paisaje, entonces podría citar a Jacobs quien habla de un urbanismo seguro.
    Entender todas las situaciones de paisaje (no como algo lejano en montañas, y naturalezas vernáculas sino como ciudades enteras también) se podría no solo analizar desde las etapas de la teoría de Piaget Teoría que cree que se puede superar una etapa y obtener una distinta y cambiante luego(analogía que hace el autor del articulo), sino desde la teoría de J.B Thompson sobre la hermenéutica profunda, donde se entiende el paisaje como las FASES (ya no etapas) fusionadas, la fase del habla, la fase de lo físico y por ultimo la unión de esas dos para obtener la función o al menos el estudio que se espera, pues seria mas justo con el paisaje y el que mora, entender todo desde lo objetivo para luego tener conceptos subjetivos que tengan el derecho de nunca relacionarse; pues para mi “paisaje” no se trata de contar lo que es, sino contar lo que defiende y esconde; bien sea en una cultura fragmentada, o en una extension de tierra, que a fin de cuentas nosotros interpretamos a la par que construimos.

    Manuela Vallejo

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  2. “morar” en cierto sentido plantea tantas definiciones como interpretaciones de un mismo espacio, seria la comprensión de este, para hacerlo un lugar o no lugar desde el análisis informal de las masas o si se quiere de forma independiente; pero no creo que pueda separarse el “estar bien”, del actuar, lo que se hace en un espacio revela lo que se siente en el mismo, es una relación intangible, ya que las acciones revelan el “estado anímico” del espacio; es evidente que las estructuras se mantienen, por la forma como sean usadas (esto no solo de forma constructiva sino también de la interpretación espacial), y eso depende de cómo sean entendidas por la sociedad a las que les pertenece. Desde una perspectiva muy personal siempre he creído que la cultura es como una colcha de retazos que se nutre de todas esas “vocaciones”, si es que puede decirse así, de los espacios que componen una sociedad, la cultura es variable dependiendo de la forma como se habite un espacio, realmente no me atrevería a pensar en una cultura general en una sociedad tan diversa; el paisaje entonces desde estos conceptos está en constante cambio y por ende es interpretado de N formas; como dice tim waterman la extracción del contexto generalmente es incomprensible y a veces es interpretada de forma “errónea” pero siempre es necesaria; y esto se debe a esa “cultura del espacio” además no se puede hablar de morar como algo neto de la arquitectura o de los edificios si no de las interpretaciones del espacio, tan comunes como ver a alguien sentado en una banca hablando de política durante jornadas continuas por meses ó a alguien dibujando el perfil de las comunas después del metro-cable.

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  3. Comment Andrés Moreno Vásquez:

    Estamos acostumbrados a considerar los objetos como entidades independientes que existen por sí mismos a pesar del observador. Norberg-Schulz propone que la estructura espacial se constituye por elementos “concretos”, cosas con “carácter y significado”. A mediados de los 70’s H. Maturana y Sperry realizaron dos experimentos importantes en el campo de la teoría de la percepción que me parecen relevantes para la teoría del lugar que trata el genius loci. El experimento de Sperry consistió en alterar quirúrgicamente los ojos de una salamandra y rotarlos 180⁰. De esta manera, cada vez que la salamandra detectaba un insecto (visualmente) en su rango de alcance, lanzaba su lengua para engullirlo pero fallaba en todos los casos con un error de 180⁰. Maturana realizó otro experimento con palomas para explicar su percepción de color y llegar a conclusiones similares a las de Sperry: que los observadores no existimos en un mundo de objetos independiente de nosotros sino (más tarde lo afianzará Maturana en la teoría de la auto-poiesis, 1999) que “vivir es deslizarse en la realización de un nicho”.

    Esta y otras conclusiones a las que llegaron H. Maturana (biólogo chileno actual) y Francisco Varela (chileno ya difunto) me parecen claves en el entendimiento del espacio o si se quiere del paisaje. Pensar que los “objetos”, aquello que hemos considerado siempre como existente independientemente a nosotros, existen sólo en la coordinación de conductas que llamamos lenguaje implica que nuestras reflexiones sobre lo que “es” el espacio, el espíritu del lugar o el paisaje sean definiciones acordadas entre los participantes de la conversación, en este caso, las conversaciones llevadas a cabo los miércoles en la noche en un curso de teoría del paisaje limitado en un salón cerrado. Allí, las interacciones por las cuales resulta un acuerdo sobre lo que es paisaje, sobre lo que es nodo senda o espíritu del lugar están determinadas por la estructura biológica que cada uno de los que intervienen en las conversaciones tiene.

    Es probable que esto suene algo redundante u obvio pero a mi modo de ver, no lo es. Si por un momento aceptamos las explicaciones anteriores sobre la percepción humana, en el que los objetos no existen independientemente del observador, abrimos la posibilidad de determinar tales objetos a partir de las actitudes de los implicados en la conversación que los recrea (auto-poiesis). Por un momento imaginemos al profesor dando una explicación sobre el paisaje: en el proceso de nosotros, como observadores, captar la idea objetiva sobre lo que el paisaje significa la actitud en la que se da la explicación (evidenciada en el movimiento de las manos al hablar, los músculos faciales, el tono de la voz, entre otras coordinaciones) hace que la idea de el paisaje esté condicionada por quien dio la explicación, en este caso, Jorge B. el profesor y lo que él como organismo vivo transmite. Así como el caso de la salamandra: nuestra percepción del concepto de el paisaje (atrapar el insecto) depende de nuestro marco biológico (los ojos) que en cada uno encuentra diferencias (ojos rotados 180⁰) y por lo tanto la objetividad como tal del concepto de el paisaje no existe y no deberíamos esperar su comprensión como resultado (tragar el insecto); lo que debemos esperar es el cambio que provoca la conversación entre el que evoca el concepto de el paisaje (el espacio, nodo, senda, espíritu del lugar) y quienes lo perciben*.

    *Percepción viene del latín per capiere y que literalmente significa obtenido por captura o captación.

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  4. Mi apreciación personal sobre los sistemas de orientación e identificación que propone el genius loci se evidencian cada vez que nos alejamos por un tiempo de la ciudad natal. En el caso del Valle de Aburrá, es común escuchar comentarios sobre el tamaño de las montañas o la forma irregular del valle de quienes regresan después de algún viaje internacional; estos comentarios, a mi modo de ver, dan cuenta del cambio en la percepción de quienes se desconectan temporalmente de la interacción con ese entorno natal. Hace poco escuchaba un neurólogo en un documental sobre el alzheimer decir que “todo lo que nos haga más conscientes de nosotros mismos… es positivo”. Relacioné esto directamente con la teoría del lugar del genius loci porque cada vez que volvemos de otro país y re-conectamos nuestra idea de lugar con el Valle de Aburrá lo que hacemos es incrementar nuestro nivel de consciencia sobre ese lugar natal y por lo tanto incrementamos nuestra apropiación por ese espacio.
    Sucede algo similar con el estudio del lugar y del paisaje. Cada vez que estudiamos un lugar dentro de nuestro contexto local a través de planimetrías, esquemas de sección o diagramas de flujos de energías, vientos y pluviosidad lo que hacemos es concientizarnos similar a los viajeros que retornan a casa. Esto es así porque cada plano, cada esquema y cada diagrama es una abstracción que también nos desconecta de la experiencia cotidiana de percibir nuestro entorno, nuestro genius loci, de una forma no abstracta sino más dinámica. Andre Leroi-Gourhan menciona dos formas de percibir el mundo circundante: “una dinámica, que consiste en recorrer el espacio tomando consciencia de él, la otra estática, que permite, por inmovilidad, reconstruir alrededor suyo los círculos sucesivos que se amortiguan hasta los límites de lo desconocido”. Según él, estos dos modos de percibir el mundo existen, conjuntamente o separados, en todos los animales, y el modo dinámico caracteriza sobre todo a los animales terrestres, mientras el otro caracteriza a los pájaros. En el caso del ser humano pareciera que percibimos nuestro entorno de los modos. Por un lado, nos movemos cotidianamente de un lado a otro de la ciudad para ir al trabajo a estudiar o realizar diligencias de forma dinámica, sin aparentes pausas y sin abstraer cada paso que damos para subirnos al bus; así se evidencia, por ejemplo, en los viajeros que retornan. Por el otro lado, percibimos nuestro hábitat, nuestro espacio natal, de una manera estática, abstracta, como es el caso de la actividad académica que mencionaba anteriormente, la elaboración de dibujos y planos sobre un lugar que a través de la representación cobra significado.
    Los lugares albergan esa esencia, ese espíritu del lugar (que puede entenderse tanto dinámica como estáticamente) no porque ellos por sí solos lo emanen sino que surge en la relación que establecemos entre nosotros y ese territorio de manera inconsciente. Pienso que entre más consciente sea esa relación nuestra con el territorio más será evidente el espíritu del lugar (genius loci) y por lo tanto más capaces seremos de intervenir el espacio coherentemente con esa esencia que le es propia y única. De cualquier forma, ya sea por la vía dinámica (viajando y retornando, realizando salidas de campo, tures ecológicos por las reservas ambientales aledañas, etc), por la vía estática (mapeando diferentes aspectos del territorio, representando flujos ecológicos en varias escalas, etc) o por una combinación de ambas seremos más conscientes del espíritu del lugar y de las maneras más coherentes de ser intervenido.

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  5. No considero que nos debamos remontar a otros tiempos para hablar de que el espacio modifica al hombre o como este se convierte en el pilar para su supervivencia; todavía hoy en día vemos fenómenos que dan como resultado el análisis de la capacidad que tiene el entorno no solo de modificar conductas; sino también de construirlas.
    El espacio no solo modifica, además tiene el don de transmitir sensaciones a las personas; miedo, seguridad o yendo mas allá la sensación de poder y querer permanecer en el tiempo en determinado espacio y con determinadas emociones.

    Al mismo tiempo que las personas le dan vida a un espacio los espacios también le dan vida a las personas, cuando se nace se tiene por primera vez la percepción del espacio como un elemento que se vuelve parte de la supervivencia además de formar parte fundamental la persona misma durante su tiempo de permanencia. Al mismo tiempo sin el espacio no hay existencia.

    De esta manera pienso que ciertos espacios que son propios de las persona empiezan a tornarse casi igual como el personaje que lo habita, el olor sobretodo empieza a ser parte de la transmutación.

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  6. Es notorio como la tendencia actual de diseño de espacios temáticos culturalmente, no es mas que una abstracción de características que identifican unas culturas con sus identidades y es así como el usuario tendrá experiencias de identificación y reconocimiento de su ser y personalidad en el lugar, y son el diseño de objetos que ayuda a fortalecer esa identidad del hombre con el espacio. Anteriormente era una simple identificación de estas características que cada quien reconocía en su entorno propio, en su entorno que le generaba seguridad, que le generaba direccionamiento. Ahora ese espacio lo encuentras en cualquier lugar del mundo y mas aun donde el hombre urbano es mas predominante y donde nuestros contextos de mundo urbano son tan comunes (edificios y calles) y es aquí donde el turismo y tener varias experiencias de diferentes lugares es de gran importancia (para no segarnos al reconocimiento de otros espacios y sentir seguridad en cada lugar al que vayamos). Pero como dice el documento creemos habernos despojado de esos lugares propios que nos identifican y nos dan seguridad gracias a tantos medios tecnológicos que nos invaden hoy, pero en realidad seguimos envueltos ene se entorno donde la consecuencia misma de despojarnos es la que nos obligar a considerar el problema del lugar con una verdadera importancia.

    los espacios son simplemente un medio que contiene caracteres definidos, los que terminan entonces por dar el espíritu del lugar, pero este espíritu no solo tiene una fundamentación existencial sino con significación emocional que se logra a partir de imágenes y es esta parte emocional la que quizá marca gran identidad o identificación con ese espacio que nos marca culturalmente. (quizás este diseño emocional es lo que ha tenido gran éxito en tantos espacios que se crean de manera artificial), no hay mejor espacio que el que llega a formalizar contigo una amistad que te da significación, un ambiente donde el hombre es un factor importante.

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  7. El documento de Norberg–Schulz le sugiere al lector muchos problemas y situaciones cotidianas en las cuales podría pensarse; uno de ellos es la determinación de las funciones vitales que para los hombres del campo, quienes orientan tanto su espacio como su tiempo mirando la luz del sol y teniendo en cuenta la que luna proyecta; esos dos conjuntos luminosos determinan el quehacer del día y la estacionalidad de los cultivos , que son los ejes vitales en este contexto: cuando los rayos solares dejan ver su brillo comienza la jornada, y el juego de la sombras que se proyecta a sus pies va marcando los rituales de alimentarse a la mitad de la mañana, de acercarse a la mesa humeante del almuerzo cuando el sol refleja un círculo a sus pies. La luna con su luz les muestra, si es o no la época de sembrar, es decir en el momento en el cual la tierra para el arado se llena o se desocupa. El dominio –como facultad de estar sobre la tierra– lo determinan la luz y la oscuridad.

    En el campo se mantiene entonces la relación estrecha hombre/espacio, que en la ciudad muestra formas diferentes: los habitantes de la ciudad ya no requieren el espacio para estar en ella o para compartir con otras personas, pues las formas de comunicación que posibilitan el “estar ahí sin estar” se han popularizado.

    Noche/día, presente/ausente ya no existen para la gran mayoría de seres humanos, porque lo virtual -que sólo existía en algunos casos, como lo afirma Miches Serres*- ha ocupado un lugar fundamental en la vida humana. En este sentido se dice que las coordenadas de espacio tiempo, dejaron de ser un dato para la localización y la cronología, pues los espacios de interacción humana se transformaron radicalmente: teléfonos virtuales que permiten ingresar al lugar donde está el otro, hablar con quien está a un paso o a miles de kilómetros, o recorrer el mundo apoyado en street view, son herramientas que han deslocalizado al hombre contemporáneo, que aunque se encierre en conjuntos cerrados pretendiendo participar de una homogeneidad que lo uniría a los demás que comparten, no lo logra, porque las circunstancias ya lo desarticularon y en su interior no existe una identidad.



    * Serres, Michel. Lo virtual es la carne del hombre . Diario Le Monde, París 2001. Consultado En: http://www.eduteka.org/pdfdir/Serres.pdf

    Amalia Ramírez

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  8. Cuando se habla de morar, no se refiere simplemente al hecho de ocupar o de estar en un espacio, el morar esta intensamente relacionado a nuestro ser y a nuestro comportamiento. A través de los años las personas tienen a modificar y adecuar esta manera de habitar o relacionarse con un lugar debido a los cambios espaciales que afectan diariamente su vida (estoy hablando no solo de arquitectura sino también de espacios urbanos y de espacios naturales en general), esto lleva a una transformación del morar, ya que en la mayoría de los casos se ve afectado debido a los espacios predeterminados que nos ofrece la sociedad. Estos espacios se diseñan con el fin de albergar ciertas actividades pero en la mayoría de los casos lo que hace es limitarlas y controlarlas haciendo que el morar se vea igualmente afectado. Quiero decir con esto que en el medio hay una gran cantidad de espacios en donde podemos “morar libremente” como muchos otros en los que tenemos que “morar limitadamente”.

    En conclusión creo que aunque tengamos una forma particular y propia de morar en los espacios creo que de igual manera estos pueden transformarse según el lugar y aunque en un principio puede el mismo, al final sin lugar a dudas se verá afectado por el espacio en donde nos encontremos.

    Daniela Del Valle.

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  9. Existen dentro del texto algunas afirmaciones que bien podrían ser consideradas válidas pero que a mi parecer no pueden ser tomadas tan a la ligera. Una de ellas cuando se afirma que el espíritu del lugar es el determinante de una cultura, esto puede tener cierta validez, ya que muchas veces es el medio el que va a dar ciertas pautas para actuar o condicionantes, sin embargo no creo que sea lo único que determine a una cultura, existen valores que no se mencionan como lo pueden ser las actividades intangibles, como el lenguaje, las actividades sociales, las relaciones entre los habitantes, entre otros.

    Otra de estas afirmaciones de igual manera se hace cuando se habla de perderse en una ciudad nueva. Creo que "perderse" debe ser entendido como una fenómeno normal y cotidiano cuando llegamos a un lugar nuevo. Y no verlo como algo malo o que no nos permita orientarnos con la ciudad, sino como el fenómeno que permitirá que todo esto suceda; cuando tenemos ese sentimiento de pérdida ponemos más atención al medio que nos rodea, reconocemos los espacios y vamos conociendo la ciudad.

    Al hablar de una identificación completa con el medio (desde lo natural hasta lo construido) pareciera ser que los habitantes modernos ya perdimos esa capacidad de reconocer todos los valores que nos rodean, ya no hay una completa identificación con nuestro entorno inmediato, esto debido tal vez al cambio en las dinámicas de cómo vivir la ciudad y la rapidez con la cual se hace todo ahora, creo que uno de los elementos que ha contribuido a perder o disminuir esa identificación es el automóvil o los medios de transporte que permiten recorrer la ciudad en menor tiempo pero al mismo tiempo dentro de una burbuja y una velocidad que todo lo que pasa por fuera de ella no es de nuestro interés y no logramos esa fuerte relación de la que habla el texto.

    Cuando Lynch habla en su libro "La Imagen de la Ciudad" de elementos que faciliten la identificación y orientación de las personas en la ciudad como lo son los nodos, sendas e hitos, se refería a elementos de valor o que han adquirido valor por lo que representan para los habitantes. Existe un fenómeno actual en el que nosotros tomamos como referencia cualquier elemento de la ciudad aunque este carezca de valores o de relevancia a nivel de ciudad ¿Será esto bueno? Como bien sabemos cada quien identifica sus propios valores en una ciudad para identificarse dentro de ella, pero deberían existir o existen algunos elementos que destaquen y que obtengan mayor jerarquía que otros, permitiendo su uso como referencia ya no sólo para los mismos habitantes de la ciudad, sino también para personas ajenas a ella (turistas).

    Por último me planteo dos preguntas, ¿Actualmente "moramos" o vivimos la ciudad en automático? Como ya mencionaba anteriormente vivimos a un ritmo más rápido que dificulta reconocer todos los valores de la ciudad, el mismo texto lo dice el hombre modernos se identifica más con elementos artificiales construidos por él mismo que con los elementos naturales que conforman su ciudad. Tal vez tenemos plena identificación con nuestra casa pero no con la ciudad.

    ¿Qué papel juega la arquitectura para facilitar el "morar" la ciudad? La arquitectura juega un papel fundamental en esto, ya que debe reconocer significados y valores de la ciudad y expresarlos en el elementos físicos, facilitando así la comprensión de estos para todos los habitantes de la ciudad. Si toda la arquitectura logrará este cometido sería mucho más fácil la lectura y comprensión de un lugar, sin embargo la arquitectura pasa también por sus propios problemas y uno de ellos es el reciente fenómeno de crear edificios que sólo funcionan para sí mismos y no responden en nada a la ciudad a su contexto urbano inmediato, edificios que carecen de valor, relevancia y significado para la ciudad.


    Fabián Herrera Quiam.

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  10. El hombre posiblemente tiene tres estados, como primero La Apariencia, en donde el medio natural se establece como una visión instrumental, siendo el hombre ajeno a ese territorio; posteriormente el hombre crea una relación, tomando el medio como su hábitat, convirtiéndose en un sujeto observador del espacio, en donde comienza a entender que el medio es un estado de relaciones, formas y contrastes, que a través del conocimiento y las lecturas del medio, sabría que esperar del entorno y como responder a éste; y finalmente profundidad, el hombre se proyecta en el espacio y encuentra relaciones con él, esto es, que descubre que hay una relación total entre el hombre y el lugar, que el medio es un proceso creativo y que el hombre forma parte de ese proceso.
    Cabe preguntarse quién es el morador y sobre todo como es su relación con el espacio, que pareciera le es tan necesaria como para asignarle nuevos roles y nuevas facultades. El medio aparece pues como un espacio tangible, no tangible, en movimiento, estático… el cual convergen un indeterminado número de actores que han subscrito un acuerdo, que les permite pertenecer a ese espacio y participar de las relaciones que en él y entre ellos se establecen… es acaso el hombre partícipe de estas relaciones, de esta pertenencia, de este acuerdo?.
    Hago referencia a un artículo donde el lugar entendido como el medio alude al hombre… “El hombre es un aquel que está allí o allá, presente, o sin tiempo y sin espacio; es un aquel o un alguien cualquiera que puede ser señalado desde afuera, pero no incorporado porque es un ajeno, carente, es un cualquiera, un alienado; que se mueve de aquí para allá, pero que no me incluye porque no me conoce, ni lo incluyo porque no le conozco; es un extranjero, porque carece de mi; es un concepto con cuerpo humano, pero que puede ser cualquiera, una sombra y una figura humana indeterminada.

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  12. Al plantear el documento la definición de lo que se puede entender como el Genius Loci o el espíritu del lugar, según Christian Norberg Schulz, inmediatamente me permite cuestionar como es el morar de los individuos del siglo XXI en el contexto en donde nos encontramos.

    Es necesario traer a colación que el morar según el texto es la concretización de lo que respecta a la relación del hombre con el medio ambiente, condicionada por una serie de características intrínsecas que determinan ciertas interacciones particulares, haciendo de esta relación algo tan subjetivo como personas morando en algún lugar pueda haber... A lo largo de la historia de la humanidad dicha relación se ha dado de distintas maneras, eso sí , bajo los mismos protagonistas el hombre y el lugar, tal vez desdibujando lo que significa en si cada uno y como lo expone el autor al hacer un rastreo de algunos significados lingüísticos y proponer el ser y estar como uno solo, y poder interpretar al ser humano como un lugar en sí mismo.

    El poder reconocer en la complejidad que caracteriza un lugar lleva de manera inherente un sin fin de interrelaciones con los agentes que componen aquel espacio, tal vez no reconocerlos signifique el no identificarnos con aquel lugar, y no poder trascender más allá de simples relaciones que no lograrían llenar el concepto del morar ... Bajo los ojos educados de Goethe, la costumbre hace de todos esos elementos del lugar algo identificable para el ser que habita allí, un lugar construido pero no solo de elementos tangibles, también de significados, valores, experiencias, sensaciones, entre otros.

    Ahora bien, abordando el cuestionamiento que desde un principio me planteo, dándole una rápida mirada a lo que veo que ocurre en la ciudad, quizás estemos perdiéndonos dentro del lugar que todos conocemos como Medellín, ya que desde los inicios de la ciudad misma nuestra identidad ha sido víctima de los estilos y decisiones de muchos que su sed de importar cosas, incluso arquitectura, que hoy por hoy no define con carácter lo que podría llegar a ser la identidad de la ciudad, coherente a su historia, gente, cultura, clima... Desatendiendo el espíritu del lugar hemos levantado una ciudad sobre la otra. Desde la particularidad del que mora, quizás esos lazos que se establecen con el lugar a pesar de ser simbólicos y fuertes desentienden de tal manera valores tan importantes como los que componen el medio ambientes; Que lugar estamos construyendo al morar? Que compone nuestro paisaje y como lo hace funcionar? Preguntas que no muchos podemos responder y que no es más que el resultado de la manera que hemos adoptado del morar nuestra ciudad .

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  13. Para el hombre urbano moderno la familiaridad con el medio natural se reduce a relaciones fragmentarías que lo llevan a tener más una identificación con las cosas artificiales” Estoy de acuerdo que la forma como uno se apropia de un lugar es precisamente con esas cosas u objetos que te permiten identificarte en el lugar y por lo tanto te orientan, y te hacen sentir segura en él. Claro ejemplo de ello es mi caso, q he tenido la experiencia de vivir en 4 casas diferentes. Al principio, cuando estoy en ella por primera vez se siente un lugar extraño, totalmente nuevo, pero tan pronto empiezo a poner mis cosas, esos objetos viejos q han estado conmigo siempre, y que ya estaban en la casa anterior, y ahora están en un nuevo espacio, que TENGO que tengo asumir como mi nuevo hogar (aunque en algunas ocasiones no me haya gustado) hacen que la percepción de estar en un sitio extraño apenas ubico mis cosas disminuya considerablemente. Por alguna razón eso hace que me sienta orientada en ese lugar, cómoda, como si ubiera estado antes ahí, aunque tal vez ese nuevo lugar no sea de mi completo agrado esos objetos q me identifican hacen q el espacio deje de ser un NO- LUGAR para mi. Que al contrario, cada vez q lo habito más o lo moro más, sienta q pertenezco más a él. Que sé que si no fuera gracias a esos elementos q siempre me acompañan en el espacio, la identificación de ese lugar como mi nueva morada sería realmente dificíl.
    Yo entendería que, mas que el lugar tenga un “espíritu”, el hombre se lo da, o lo codifica, teniendo entonces el lugar no un espíritu colectivo, sino, muchos espíritus individuales, donde el lugar no posee algo inherente, un espíritu, sino que este se da por la relación lugar_morador; ya que, si al final lo que se añora es una recuerdo mental del lugar, es decir una imagen (entendiéndose la imagen como una nueva lectura, una representación) esta no vivirá de manera distinta en cada uno de los moradores?
    : “Es mas fuerte en estos lugares el relato impuesto por otro (entendiéndose el otro como el morador) que la geografía de soporte. Son geografías anuladas en una identidad superpuesta que cubre el territorio, dirige la mirada y condiciona la percepción”.= codificación

    Pero decir también que a cualquier lugar se le puede asignar cualquier codificación, dependiendo solamente de la voluntad del hombre, es ya abstraer el lugar de sus condiciones físicas, no siendo ya este algo concreto, sino un espacio sometido a la alineación que en la lectura mencionan.
    Yo podría entender mejor, que el espacio y el hombre, tienen ambos, caracteres predeterminados, y al relacionarse, arrojan afectos, impresiones, símbolos y recuerdos, que sumados resultan el lugar.
    Así entonces, en ese orden de ideas, si el lugar es un espacio construido por afecciones, estas se concretizan o se vuelven visibles en las marcas,en las huellas, terminan en los objetos. (siendo esto simbólico, y no comprendiendo la relación morador _ objeto como una relación banal, si no entendiéndose en los objetos, la huella de lo deseado o lo vivido, la huella de una afección).
    Así, podría entender que “El mundo puede estar organizado alrededor de un conjunto de puntos focales”

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  14. Estoy de acuerdo en que cada lugar y cada cosa que existe tiene su genius loci, aunque no necesariamente es referido a cosas buenas, el espíritu es lo que siente las emociones y las sensaciones, en nosotros plasmadas y representadas por un cuerpo, el hombre tiene la necesidad de materializar todas aquellas cosas que en su interior registren, las cosas son lo que transmiten ese espíritu que por naturaleza ha recaudado. Este espíritu determina su carácter o esencia. Aún los Dioses tienen su «Genius», lo que ilustra la naturaleza fundamental del concepto.
    Conociendo realmente los lugares, y siendo participes íntimos de ellos nos damos cuenta que la determinante fundamental de una cultura, es después de todo, el espíritu del Lugar, aunque creo en cierto modo que esto se logra con una identificación, que ya conocemos una historia de lo que ha sucedido allí, dándole importancia a este lugar y sintiéndolo más, por medio de los recuerdos, aunque es posible tener orientación sin existir una verdadera identificación; nosotros podemos recorrer y estar bien, sin tener que estar en el lugar que conocemos o nuestro propio hogar. Y es posible a su vez, sentirse en casa, sin estar familiarizado completamente con la estructura espacial del lugar. Así, el lugar sólo se experimenta con un carácter general gratificante sin dejar de lado que la forma el olor y eso que sentimos facilita la construcción de una identidad.
    Actualmente es cierto que el hombre acostumbrado a estar en las ciudades tiene más identificación con las cosas artificiales, ya que por costumbre las ha visto por largos periodos de tiempo, y se familiariza con ellas, lo que causa que tenga un acrecentamiento de recuerdos y le encuentre un espíritu, sintiendo el sitio más a conciencia que cuando va a un ambiente natural, el cual no está acostumbrado a recorrer. El hombre conoce lo que ha llegado a ser más cercano a él, y esto sucede a través del morar, y cada ser humano tiene un sistema de identificación y de percepción.

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  15. Es evidente que desde que el hombre existe los conceptos como habitar, morar, ocupar o pertenecer a un lugar existen, es importante entonces referirnos al hecho de que ocupar un espacio esta inmensamente ligado a la razón natural del ser humano de estar y pertenecer a este mismo. Morar se trata de crear experiencias que hablen de nosotros mismos, de fomentar una relación entre el ser y el espacio.

    Para pertenecer a un lugar hay que permanecer en el, el hombre a través de la historia ha mutado su forma de pensar y de interactuar con las otras personas, sin embargo aunque las costumbres cambien y el modo de vida sea diferente con las múltiples invenciones del hombre mismo, siempre ha existido la necesidad de ser parte de algo que a su vez es parte de nosotros, es por esto que los antiguos romanos, griegos y egipcios edificaban templos en los que habitaban espíritu. MORAR tiene ese sentido, esa esencia en la que nosotros le damos un carácter al lugar que habitamos, ese espacio adquiere entonces un sentido y determina muchas de nuestras conductas en sociedad.

    El lugar en el que moramos o habitamos se convierte entonces en ese espacio que mas que protección nos genera paz y tranquilidad, es cuando la arquitectura tiene la posibilidad y la obligación de generar sensaciones.

    Morar, es ocupar, pero también habitar, es pertenecer, es permanecer, es dar sentido, es experimentar en un lugar, en un espacio que tiene diferentes sentidos, pero sobretodo una esencia.

    Manuela David Vásquez
    id: 000128891

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  16. Acercando el tema del artículo a mis intereses personales, quiero hacer una comparación con el diseño de mobiliario urbano, y la importancia del estudio del “espíritu del lugar”
    Para poder realizar un proyecto integral que funcione y fomente el uso de ese espacio mediante pequeñas, medianas o grandes intervenciones urbanas, se debe tener muy en cuenta la fase de investigación, en la cual se recopila toda la información necesaria sobre las prácticas que se realizan en ese determinado lugar, como las personas se apropian de estos espacios y como es su interacción con el amoblamiento que allí existe; si esta investigación y reconocimiento del lugar no se hace de manera correcta da lugar a cierta desconfianza en los habitantes de aquellos lugares y así se puede caer en diseños “replicas” (es decir, copiar diseños de otras partes) los cuales pueden no ser aptos para ese lugar de implementación, esto entonces no permitiría aprovechar en todo su potencial al lugar, lo que se vería reflejado en bajos índices de uso y en un aporte modernizador indiferente para el usuario( no se siente identificado con este).
    Para esto se deben tener en cuenta muchos criterios de diseño y tener claro cuáles son los requerimientos de las personas que habitan estos espacios, para que así el diseño se convierta en un diseño universal (que puede ser usado por cualquier persona, es decir, un diseño incluyente desde las pautas del diseño para todos) apta para responder a todos los usuarios de ese determinado lugar a estudiar.
    En un proyecto los principales beneficiarios (usuarios y consumidores del espacio), no tienen la posibilidad de modificar a gran escala esa implementación o esa intervención allí realizada, es por esto que es necesario hacer un reconocimiento del lugar en donde se desea hacer la intervención, ver cuales prácticas allí se realizan (por la personas que frecuentan constantemente el espacio), las características del lugar, los aspectos sociales, culturales y ambientales que acontecen en este lugar, para así poder hacer un diseño efectivo y que genere un impacto positivo para las personas del lugar.
    Para que exista entonces una relación clara con el espacio donde se implementa el mobiliario o el sistema, se debe complementar y apoyar la actividad o la práctica que se desea fomentar, sin interferir en las diferentes actividades y objetos que se ofrecen en ese determinado espacio público.

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  17. Al leer el texto fue inevitable para mi preguntarme porque arquitectos como christian norberg – schulz en este caso, se apoyan de cuestiones tan ligadas a la de la filosofía para hablar de arquitectura. Partiendo de este cuestionamiento me vi en la tarea de indagar acerca del titulo que llevaba el texto: aproximación a una fenomenología de la arquitectura, para así pode entender como estas dos practicas tan distintas llegaban a apoyarse una en otra como nos quiere hacer entender el autor.
    La fenomenología es una corriente filosófica que basa su aproximación en el estudio objetivo de fenómenos generalmente considerados subjetivos: la conciencia y las experiencias como los juicios, percepciones y emociones. no es una corriente arquitectónica, es más bien una metodología, por lo que ha sido usada para analizar y entender múltiples corrientes a través de la historia. La fenomenología fue el método por el cual christian norberg – schulz entendió como se debía hacer arquitectura o cuales eran los objetivos principales por los cuales debería velar el arquitecto. Este tipo de pensamiento e ideas que se plantean, se tienen que entender desde sus orígenes luego de la segunda guerra mundial que frente a la carencia de vivienda, muchos de los países en conflicto (particularmente el bloque soviético y china) reconstruyeron sus ciudades utilizando los preceptos del CIAM. Sin embargo, la planificación urbana moderna y el llamado estilo internacional, fallaron en su integración con el tejido urbano existente y fueron indiferentes antes los criterios que demandaba cada lugar en particular. Si bien esta serie de reflexiones fueron pertinentes y necesarias con el contexto en el que se fomentaron, es decir a en tiempos de post guerra y a mediados de los años 60s y 70s hoy en día se puede discutir mas a fondo sobre ellas y llegar a cuestionamientos como el morar de los individuos en el siglo XXI. Si bien estoy de acuerdo con que el proceso para morar o habitar un espacio se ve ligado obligatoriamente desde un principio a procesos de reconocimiento de ese lugar que va ser habitado, es decir, la orientación y la identificación con el genius, para mi estos mismos procesos de identificación del lugar entran en una especie de retroceso cuando empezamos a habitarlos de manera cotidiana. Es como si la cotidianidad de la vida llevara a un desconocimiento del territorio, ciudad o barrio en el que vivimos. Para mi el morar tiene que pasar obligatoriamente por un procesos de identificación y orientación pero eso no significa que cuando estoy morando en algún lugar, este obligado a continuar de manera consciente con estos dos procesos, es allí donde el desconocimiento se hace mas evidente y el ser humano se aleja del medio que habita. Es por ello que las posibilidades que nos brinda la época en la que vivimos pueden ser una herramienta clave para retomar nuevamente nuestra relación con el medio que habitamos, a las posibilidades que me refiero es por ejemplo: el viajar, ya que cada vez que se hace esta practica nuestra percepción y entendimiento empieza gestionar un proceso de reconocimiento, no solo de los lugares que se habitan si no también de los que se visitan, ya que empezamos a generar diferencias, paralelos, mapas mentales, orientaciones iconográficas que nos ayudan a abstraer y entender cuales son las características mas importantes y únicas de ese territorio que estamos conociendo y el que moramos.

    Melissa Ortega Upegui

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  18. Es preocupante, o por lo menos para mi entender que el lugar con el cual nos sentimos identificados y entendidos esta siendo reemplazado por los estructurado (lo construido por el hombre), dejando atrás lo estructurante (el paisaje natural, lo característico de un lugar). acotando la idea del arquitecto americano nacido en Alemania Gerhard Kallmann, sobre la importancia de lo estructurante sobre lo estructurado, y conlutendo de allí la preocupación actual de la sociedad sobre el cuidado del planeta.
    No es gratis que el mundo haga tantas campañas de cuidado y cree nuevas leyes para impedir que el planeta siga siendo devorado con sus recursos por nosotros los depredadores, ehh perdon los habitantes, que supuestamente deberiamos ser los primeros en cuidar lo que nos identifica como habitantes de una región o de una nación, manteniendo las montañas, nuestros rios, nuestra vegetacion, etc... tantos componentes que a la hora de la verdad es lo que nos identifica y nos va formando nuestro caracter que lanza juicios de valor sobre los lugares o mejor dicho, sobre el GENIUS lOCI.

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  19. La vida se compone de pequeñas partes de espacios donde unos nos dan la posibilidad de ver, otros la posibilidad de sentir, en algunos la de oler, pero siempre en todos tenemos la experiencia de permanecer por un momento y es allí donde nos encontramos con eso tan básico pero tan fuerte como lo es el Genius Loci… Momento del cual todos nos enriquecemos consciente o inconscientemente, pero que al final siempre deja su marca en nuestras experiencias como seres humanos en la tierra, la cual nos brinda un sin número de espacios compositivos y propositivos que en algunos casos fueron pensados por arquitectos, diseñadores o artistas, esperando generar cierta sensación que enriquezca en cierto sentido la experiencia de vivir de las personas.
    Es por esto que todo lugar pensado debe entregar a quien lo experimente una sensación clara y enriquecedora, al igual que lo hace cualquier lugar compuesto por diversas disposiciones aleatorias pero que en su simple actuar crean un ambiente compositivo y lo único que se debe hacer es pasar el umbral y encontrar su Genius propio.

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  21. El lugar estudiándolo desde la simple definición dada por la Real Academia de la lengua es un espacio ocupado o que puede ser ocupado por un cuerpo cualquiera, desde este mismo significado se basa en que un lugar esta constituido por los seres que habitan y que configuran un espacio para establecerse allí o morar.
    Todo lugar está impregnado de energía. Por ejemplo, que las iglesias muchas veces se edificaron sobre antiguos lugares de culto. Éstos, a su vez, sí que fueron elegidos por presentar unas características especiales en cuanto a emanaciones terrestres, como por ejemplo, betas de agua, o lugares que, por su geografía, llamaban la atención del pueblo.
    Igualmente existen lugares, donde han ocurrido hechos muy negativos, como pueden ser batallas o matanzas, tanto de animales como de personas.
    Las energías que se han creado en aquellos momentos horribles de los seres presentes han impregnado el lugar. Hasta territorios que formaban una unidad y que por fuerza fueron separados –cortados- desarrollan una energía desequilibrada.
    La esencia del lugar es implemente una aproximación extensa enfocada al hábitat que se inscribe por medio de los hábitos, que no son otra cosa que las huellas escritas sobre la tierra, de tal modo que, la misma arquitectura se transforma desde este punto de vista en una escritura, en una huella, en una representación de los hábitos del habitar, del espacio existencial y el espíritu del lugar.

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  22. Retomando un fragmento del escrito, Philippe Rahm en su libro “La forma y la función siguen al clima”, La arquitectura tiene la capacidad de no ser funcional sino abierta, interpretable, libre, es decir no de dar respuestas a una función preestablecida, sino más bien de sugerir, hacer posible, la aparición de una función a través de sus respuestas a los condicionantes climáticas como técnicas. El hombre debe poder orientarse él mismo y debe saber dónde está. Pero además, debe identificarse él mismo con el medio, debe conocer cómo él, es un cierto lugar. Lynch expresa: «Una buena imagen del medio da a su poseedor un sentido importante de seguridad emocional». Esa seguridad emocional es lo que lo identifica.
    Estar perdido es evidentemente lo opuesto al sentimiento de seguridad que distingue el morar, si no se relacionan otros lugares en cierto modo los espacios modifican conductas en las personas. El hombre conoce lo que le ha llegado a ser asequible a él, a través del morar.

    Carlos Mario López.

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  23. El espíritu del lugar surge bajo la influencia directa de sus habitantes e incluso de sus visitantes, se entiende como un termino relacionado a la percepción , es decir un lugar se convierte en el caso de la arquitectura en una herramienta fundamental para descifrar que arquitectura es la adecuada para ese espacio, un lugar según su ubicación tiene la capacidad de informar no de manera directa pero si sensitiva lo que sucede en ese espacio.

    El arquitecto al estudiar el entorno, es capaz de sacar miles de conclusiones que se debe de hacer, inclusive en muchos casos el lugar le da al arquitecto el punto de partida para crear el lenguaje del edificio, un lenguaje adecuado para mantener ese espíritu del lugar, o por lo menos adecuar un entorno con beneficios para ambas partes(natural y artificial).

    Todos los lugares cuentan con diferentes características y en todos ellos las condiciones varían generando una percepción diferente de el espacio, todo esto acompañado de la condición de que El lugar cambia no solo en su forma natural, ( su topografía ) sino en su parte cultural, y en la idiosincrasia de cada país o región.

    Mateo Agudelo G.

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  24. En primer lugar, me llama la atención que este articulo, como muchos otros, nos recuerdan la importancia del lenguaje. No es gratis, que la etimología de un concepto y sus diferentes significados según la cultura develen un sentido aún mayor al que generalmente se le da. Al abstraer un concepto en un solo lenguaje o lengua, ya sea, español, inglés, alemán, etc.... se está poniendo un límite a este y se hace más difícil su revaloración. En este texto, la palabra morar cobra un sentido muy importante, que sin ahondar en sus raíces hubiera sido muy díficil develar. Aquí esta palabra se relaciona con el construir; palabra que a cualquier arquitecto debería producirle una reacción inmediata o una IDENTIFICACIÓN por así decirlo. Obviamente las reacciones como las identificaciones no son siempre las mismas y des afortunadamente en esta profesión la palabra construir por lo general se relaciona automáticamente a erigir edificios.Lo que se plantea en este texto, " el hombre como parte integral del medio ambiente" y no como el determinante del espacio y del mundo, es lo que olvidamos los arquitectos y lo que nos hace disgregarnos del medio ambiente. En mi opinión, el Genius Loci sí hace parte fundamental de un arquitecto que se reúne con el medio ambiente y aunque personalmente creo que sea imposible concretizar el Genius Loci o hacer material el espiritu del lugar, si pienso que es necesario tenerlo en cuenta o admitirlo.

    Por mucho tiempo el espacio en la arquitectura se ha generalizado como algo que se refiere a algo vacío y nosotros los arquitectos como constructores de espacios hemos visto la arquitectura como moldeadora y constructora de llenos y vacíos, esta es una de las grandes causas del olvido del espíritu del lugar, pues un lugar nunca está vacío, siempre precede algo, los espacios están llenos además de lo que se ve, de murmullos y son precisamente estos murmullos lo que realmente nos RE-UNE.

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  25. el texto a mi inmediatamente me llevo a pensar en la importancia que es conocer la ciudad y lo que de verdad significa vivirla ya que en una diferente escala(pero aun acsequible)la ciudad es nuestra casa y aporta en el sentido que de cierta manera define y caracteriza nuestros hogares la forma en que lo habitamos y como moramos en ellos, ya que por ejemplo si alguien nunca sale de el hogar jamás podrá darse cuenta lo que es su casa y por que su casa es así y por que el se comporta así.
    también el texto me demostró que puede haber un lenguaje intrínseco que aunque pueda que no sea intencional esta vivo y ese es el espíritu de lugar que para mi es como un fantasma en la memoria ya que se guarda así basada en experiencia que de cierta manera marcaron a la persona y estos vuelven para transmitir no conocimiento sino emociones, lo que recalca para mi el trabaja de la arquitectura y el manejo de las escalas.
    lo cual es también un llamado a nosotros de volver a abrir la perspectiva y buscar en los espacios a darle un espíritu definid y no como el de la ciudad que aunque no menos importante sigue siendo genérico.

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